El pasado 21 de febrero partió desde el aeropuerto de Bariloche el satélite SAOCOM 1B rumbo a la base estadounidense de Cabo Cañaberal, desde donde será lanzado el próximo 30 de marzo.
A poco más de diez días de su partida desde la sede de INVAP, el último de los satélites construido en sus instalaciones, está casi integrado nuevamente (viajó con sus partes repartidas en varios contenedores). Esta integración estuvo a cargo de personal de INVAP, de la empresa estatal nacional VENG y de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
NUESTROS GRADUADOS
Estas noticias tienen una relevancia particular para la Facultad de Ingeniería de la UNLPam. Dentro del equipo encargado de llevar adelante estos desafíos, encontramos desde hace años a graduados de nuestras carreras distribuidos en diferentes áreas.
Andrés Laudari, el primero de los graduados en llegar a la empresa INVAP, está a cargo de diseño de control orbital.
Luego se incorporaron, Diego Díaz en integración térmica, Enrique Biancamano en ensayos ambientales del satélite, área en la que también encontramos a la ex docente de esta facultad, Ing. Valeria Gessaghi, responsable del Servicio de Ensayos de Alta Tecnología.
El listado de profesionales formados en nuestras aulas incluye a Gustavo Mattioli, Agustín Casquero y Juan Carlos Paparini en diseño y programación del control de orientación. Germán Virvauskas, José Rangone y Martín Bergara en diseño térmico
Juan Carlos Stepanoski en integración y test del sistema de propulsión.
Para la Facultad de Ingeniería, desde hace años INVAP es un ámbito de referencia, facilitado en gran medida por el Docente de nuestra casa y director de tecnología (CTO) de la gerencia aeroespacial de INVAP, Ing. José Relloso.
UNA MISIÓN QUE HACE HISTORIA
La Misión SAOCOM se inició 2007 con la ingeniería básica del proyecto. En 2013 comenzó la construcción del modelo de vuelo del SAOCOM 1A, que finalmente puesto en órbita en 2018. En forma paralela, en 2015 arrancó la fabricación del SAOCOM 1B.
La construcción de ambos satélites fue llevada a cabo en distintos puntos del país: En Córdoba se integraron las antenas radar en el centro espacial de la CONAE, y se instaló el Centro de Control de Misión (segmento terreno). En las instalaciones del CNEA, en Buenos Aires, se integraron los paneles solares, la estructura de las dos antenas radar y dispositivos de despliegue. Y en el Laboratorio G.E.M.A. de la Universidad Nacional de la Plata se integraron las mantas térmicas. En Bariloche, en INVAP se diseñaron y construyeron las dos plataformas satelitales y la electrónica central de los radares SAR, se realizó la integración y test funcionales del satélite completo. En CEATSA se realizaron las pruebas previas al lanzamiento.
Estos satélites llevan al espacio una compleja tecnología de observación de la Tierra, que representa una importante mejora en las capacidades respecto de los sensores ópticos usuales. Se trata de un instrumento activo que consiste en un Radar de Apertura Sintética (SAR, por sus siglas en inglés de Synthetic Aperture Radar), que trabaja en la porción de las microondas en banda L del espectro electromagnético.
Los satélites SAOCOM fueron especialmente diseñados para detectar la humedad del suelo y obtener información de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica u hora del día. Esto es posible porque las microondas del radar son capaces de atravesar las nubes y “ver” aunque esté nublado, tanto de día como de noche. Estas características hacen que los SAOCOM sean especialmente útiles para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas. Si bien tomará datos de todo el mundo, podrá saber en particular cuál es la humedad del suelo en la región pampeana.